El uso de la Fecundación In Vitro (FIV) se está incrementando notablemente en la mayoría de los países donde el ganado vacuno es importante. A pesar de que los embriones producidos in vitro todavía no alcanzan la misma calidad y viabilidad tras la congelación que los producidos in vivo, la FIV tiene una serie de ventajas que parecen compensar sus hándicaps. Entre ellas destacamos:
- Mayor capacidad de producción con cada donante
- La técnica podría realizarse sin estimulación ovárica
- Se pueden producir embriones con donantes gestantes o incluso muy jóvenes (prepúberes).
Por todo esto, la FIV se presenta como una técnica muy eficiente a la hora de incrementar la descendencia de las mejores hembras del rebaño.
Aunque esto es así, también existe una gran variabilidad en la productividad de la FIV entre animales, laboratorios y países. Si consideramos la estadística europea del 2019 publicada por la Association of Embryo Technology in Europe (AETE: https://www.aete.eu/publications/statistics/), el nº de embriones viables por procedimiento oscila entre 0,9 y 5,2. Esto supone una variación de hasta 5 veces según el caso.
Hay un sinfín de factores que influyen en esta variabilidad ya sean técnicos, biológicos, o genéticos. Los factores con más influencia tienen que ver con la cantidad y calidad de los ovocitos que se aspiran. Si controlamos el estado de los folículos en el momento de la aspiración podremos incrementar la producción de embriones y por tanto la eficiencia del proceso.
¿Cómo lo hacemos?
- Podemos controlar la onda folicular evitando los efectos del Folículo Dominante mediante la ablación física del mismo o bien mediante control hormonal
- Aplicar dosis bajas de FSH/LH, paso muy interesante en Bos Taurus y muy especialmente en vacas de leche. Esta estrategia de estimulación ovárica coloca a la mayoría de los folículos en un estado óptimo para que los ovocitos que contienen maduren correctamente in vitro, sean fecundados y se transformen en blastocistos con mucho mayor éxito que cuando trabajamos sin estimulación ovárica.
No solo es una cuestión de cantidad sino también de calidad. Un buen embrión comienza con un buen ovocito y este no nos lo puede proporcionar un folículo ya completamente atrésico.
Por tanto, si somos exigentes y medimos la eficacia de la FIV en el producto final que es el que aporta retorno económico al ganadero, mediante la estimulación ovárica conseguimos más del doble de terneros por cada procedimiento y eso es ganar mucha eficiencia.
Con la estimulación ovárica en al FIV,
- Se incrementa la eficiencia del procedimiento al incrementar:
- Ratio de blastocistos (% producción)
- Número de embriones viales (transferibles y congelables) por procedimiento
- Más preñeces y crías sanas por procedimiento
- Se reducen los casos de ´cero´ embriones
- Se estandarizan procedimientos
- Se mejora la economía de los procedimientos in vitro
