Si de algo estamos seguros respecto a la enfermedad de PRRS, es que lo que sabemos de la inmunidad generada frente al virus de PRRS, a veces nos produce más preguntas e incertidumbre que respuestas y soluciones, e incluso, en algunos casos, lo que se conoce de ese aspecto, puede no ayudarnos de una manera efectiva para su control.
Dificultades de lucha frente a la enfermedad de PRRS
Desde el punto de vista inmunológico, nos encontramos con que las cepas del virus de PRRS, pueden relacionarse de maneras diferentes con el sistema inmunitario porcino, y de igual modo, puede suceder que la respuesta humoral y/o celular que se puedan generar, como es conocido, no tienen por qué tener reacción cruzada entre cepas.
Además, ¡como si eso fuera poco!, pueden producirse muchas diferencias en la respuesta individual y/o poblacional entre los animales tras su infección. Todo lo cual, nos hacer difícil vaticinar que podría suceder en esos animales y en nuestra granja.
Por supuesto, todos sabemos y tememos lo que puede generar una infección de PRRS en una granja porcina. Pero aun así, muchas veces no es posible descifrar, por lo menos al inicio, exactamente los problemas que nos creará en nuestra explotación, ¿problemas respiratorios?, ¿reproductivos?, ¿de coinfecciones?, ¿alguno de ellos?, ¿todos?, ¿leves o graves?.
Como comentamos, la sintomatología clínica que provoca PRRS tiene una alta variabilidad y, principalmente, esto es debido a diversas causas, como la diversidad genética del virus, la edad de los animales afectados, la inmunidad establecida, las infecciones secundarias, el ambiente y manejo de la granja, medidas de bioseguridad establecidas, la estructura de la granja, los vecinos, etc., todo lo cual nos complica el poder valorar el nivel de protección que podrían tener nuestros animales frente a este infección.
Inmunidad frente a la enfermedad de PRRS
En lo referente a los conocimientos sobre la respuesta inmunitaria frente al virus de PRRS, es cierto que se ha avanzado mucho, pero también es patente la información que aún se desconoce. Todo lo cual nos lleva a la situación, en algunos casos, de no saber el por qué en nuestros cerdos la protección falla estrepitosamente, y en cambio los animales del vecino se protegen perfectamente, o viceversa por supuesto.
Sabemos que puede haber una respuesta inmune inicial baja a la infección, lo que permite al virus de PRRS, cual guerrero vikingo, invadir tejidos como el linfático y el pulmonar, infectando y “apoderándose” de macrófagos y células dendrítica, lo cual terminará en una infección aguda, pero que se puede transformar en una persistente, haciendo que este indeseable “invitado”, se quede un buen tiempo en nuestro rebaño.
Los cerdos que sean infectados producen una respuesta humoral rápida, pero este ejército de anticuerpos que se crea como respuesta, no es efectivo en la lucha frente al enemigo, y, por lo tanto, no dan la protección esperable. Y al contrario, podrían actuar de caballo de troya, facilitando la entrada de virus a los macrófagos.
Así que la poblaciones invadidas deben esperar a partir de la cuarta semana de la ocupación, a que llegue un ejército bien apertrechado, con anticuerpos neutralizantes, para poder combatir más efectivamente al enemigo, en especial para evitar la infección.
Aunque, sin embargo, a su vez la generación de la respuesta inmune celular medida como células productoras de IFN-γ, en otras palabras, los refuerzos para este segundo ejército, pueden no ir a la par de sus compañeros de batalla en el control del enemigo.
Y además, con lo particular que este agente infeccioso llega a ser, es capaz de modular la respuesta inmune del huésped, inhibiendo la producción de ciertas citoquinas que son importantes en los mecanismos inmune, o al contrario, puede inducir la producción de otras citoquinas que son reguladoras en la inmunidad, lo cual puede llevar a que no se no produzca un correcto desarrollo de la respuesta inmune celular.
Así mismo, la falla en la instauración de este tipo de respuesta inmune, puede contribuir a que esos conquistadores permanezcan “escondidos” en los nódulos linfáticos por un período largo, de tal manera que durante ese tiempo, podría haber excreción vírica.
¿Esta variabilidad en la Inmunidad contra PRRS, que podría implicar?
Visto lo visto, podemos tener entonces en nuestra granja infectada por PRRS, un verdadero popurri de tipos de cerdos:
- Animales que no estén infectados aún.
- Animales que se encuentre en pleno proceso de infección.
- Animales con evidente clínica a PRRS, enfermedades secundarias y/o a agentes que se encuentren sacando taja de la situación de inmunosupresión.
- Animales con ausencia o ligera evidencia de estar enfermos.
- Animales en fase de excreción de virus de PRRS.
- Animales recuperados y, por lo tanto, ya protegidos.
- Animales portadores.
¿Puedo ayudar al sistema inmune?
Es indudable que para la combatir la enfermedad de PRRS, necesitamos encontrar la forma de generar una respuesta inmune rápida, fuerte y adecuada, para buscar reducir el periodo de viremia y evitar así, la aparición de infecciones persistentes. El objetivo es estabilizar la granja y mantener al enemigo ¡a raya!.
El uso de vacunas es una medida más en la lucha contra esta enfermedad, ya que, en general, la inmunización es una forma de prevenir y controlar las infecciones a través de la estimulación del sistema inmunitario y el establecimiento de un respuesta inmunitaria protectora frente a esa posible infección, y así intentar reducir los problemas que la enfermedad pueda provocar.
Sin embargo, en el caso de PRRS, a través de todos estos años de la enfermedad en la industria porcina, lamentablemente se ha observado que la respuesta a la vacunación frente es PRRS es muy variable.
Así que podemos por un lado apoyar la sistema inmunitario a desarrollar una inmunidad protectora (vacunas, inmunomoduladores), pero también debemos ayudar a los animales y a nuestra granja, a través de la conjunción de una serie de medidas como se comentó en el Blog anterior, para controlar, estabilizar, y/o, de ser posible, eliminar dicha infección de nuestras granjas.