Como dijo W. Thompson, “lo que no se mide, no se puede mejorar”. Aplicado a nuestro caso, hay que saber cuánta varroa tenemos para tomar decisiones acertadas de control.
Elegir las colmenas a muestrear.
Hemos visto en los posts anteriores, “Cómo combatir la varroa en las abejas, conoce a tu enemigo”, y “Varroa, momentos críticos de actuación” que varroa no están homogéneamente distribuida en las colmenas de un colmenar. Es habitual que un 10 % de las colmenas tengan mucha más que las demás. Es importante, pues, elegir una muestra que sea representativa de la situación.
Podemos tomar como base inspeccionar unas 10 colmenas/colmenar, lo que incluirá todas en uno chico, y un porcentaje variable de entre el 10 y el 20 % en los de tamaño grande o medio, respectivamente. Y las elegiremos aproximadamente mitad de las de las dos puntas del colmenar, por donde entran las abejas, y mitad de las del medio que presenten síntomas de piquera (abejas con alas dañadas por el virus DWV, o con pupas extraídas, o con varroas en los resquicios de la piquera, o con pillaje, o con abeja muy nerviosa).
Medida de varroa sobre abeja adulta.
También hemos visto en esos posts que las varroas de una determinada colmena se repartirán, más o menos, en alrededor de 1/4 sobre las abejas adultas, engordando, y los restantes 3/4 bajo la cría operculada, reproduciéndose. Podemos, pues, buscarla en unos u otros huéspedes.
Para tener un buen dato hay que tomar unas 300 abejas adultas de la zona de cría. No hace falta contarlas, pueden pesarse, unos 30 g. O, más fácil, medir el volumen que ocupan, unos 30 cc del bote de toma de abejas, y hacer una marca exterior con un rotulador. Es deseable que esas 300 abejas se tomen de unos 3 cuadros diferentes, ya que en la misma colmena va a haber cantidades diferentes de varroa en los distintos cuadros.
Para capturarlas los pasos son:
- sacar unos tres cuadros con cría operculada y revisar que no esté la reina
- en Layens, deslizar el bote de toma de abejas de arriba abajo a ras de panal para que las abejas caigan dentro; en Langstroth o Dadant girar el cuadro 90° y deslizar el bote igualmente; en ambos casos agitar lateralmente el bote de toma de abejas para evitar que se vuelen las que han caído dentro
Una vez tengamos las abejas hay que desprender las varroas, que, en más de un 80 %, estará ubicadas entre los anillos inferiores del abdomen y no serán visibles (ver post “Varroa, conoce a tu enemigo”). Podemos hacerlo con alcohol, lo que matará a ambas, o con azúcar glas o CO2, que permitirán que las abejas sobrevivan.
- Con alcohol.
Echar alcohol de farmacia, o de quemar, sobre las abejas, y agitar suavemente, haciendo círculos, un minuto. Las abejas flotarán, y las varroas podrán contarse hundidas, en el fondo. Es interesante que el bote sea
transparente, para poder ver bien las varroas. El contenido del bote puede filtrarse con un colador de cocina para recuperar el alcohol.
- Con azúcar glas.
En este caso necesitaremos que el bote tenga una malla, o perforaciones, que permitan el paso de varroa, que mide unos 1,5 mm, y no el de las abejas, que miden algo más de 4 mm de diámetro. Añadiremos al bote un par de cucharadas soperas de azúcar glas, fresco, e, igualmente, agitaremos suavemente, haciendo círculos horizontales, durante un minuto. Si aún dejamos reposar el conjunto un par de minutos, mejor. Las varroas caerán a través de las perforaciones o la malla, y las abejas, enharinadas de azúcar, podrán ser devueltas vivas a su colmena.
Para facilitar el conteo puede echarse el azúcar glas con varroas en una bandeja, mejor blanca, y añadir un poco de agua que lo disuelva.
Es importante que el azúcar glas sea fresco, que no esté apelmazado.
Este procedimiento puede desprender alrededor de un 20 % menos de varroa que el alcohol.
Y las varroas seguirán vivas, por lo que deben ser eliminadas.
- Con CO2.
En este caso se trabajará igual que con el azúcar glas, pero las varroas se desprenderán cuando se anestesien, junto con las abejas, al añadir CO2. El CO2 se ha de añadir con el bote cerrado (dejando un resquicio en la tapa), sin echarlo directamente sobre las abejas, durante unos segundos, hasta que dejen de moverse. Luego se agita como en los casos anteriores, y se deja reposar unos 15 segundos.
Las abejas se recuperarán enseguida de la anestesia. Y las varroas también, por lo que deben eliminarse.
En todos los casos, dividiendo el nº de varroas obtenido entre el nº aproximado de abejas, y multiplicando por 100, tendremos el % de varroa sobre abejas adultas.
Ya solo nos quedaría tomar la decisión correspondiente, como se explica en el post “Varroa, momentos críticos de actuación”.
Medida de varroa sobre cría operculada.
Se suele encontrar más varroa en la cría operculada de zángano que en la de obrera, pero es más preciso medir el porcentaje de infestación sobre esta última. El motivo es que la cría de zángano se ubica en la periferia del nido de cría, y a la población de varroa le costará un cierto tiempo llegar a expandirse hasta ella. Una vez que llegue a ella la preferirá a la de obrera, pero los porcentajes de relación entre una y otra serán bastante variables.
En este caso los pasos son:
- sacar unos tres cuadros con cría operculada, sacudiendo las abejas en el interior de la colmena
- con un cúter, o un cuchillo de desopercular muy muy afilado, desopercular un total de unas 300 celdillas de obrera (repartidas entre los cuadros sacados), preferentemente del cuarto superior delantero de una cara de cada cuadro (es donde hay más probabilidad de encontrar varroa)
- en la tapa de una colmena vecina, golpear la tira de opérculos cortada para ver si había varroas en esa parte
- vaciar las celdillas desoperculadas dando uno o varios golpes secos contra la tapa de una colmena vecina
- contar las varroas de color castaño (las blancas son inmaduras)
- contar las pupas desoperculadas, a ojo, haciendo un grupo de 10 y viendo cuántos grupos hay, o contar las celdas desoperculadas
Es importante que el corte sea limpio, para que las celdillas se vacíen bien.
Como en la medición sobre obreras adultas, el % de varroa se calcula dividiendo el nº de varroas obtenido entre el nº aproximado de pupas de abeja desoperculadas, y multiplicando por 100.
Y, como antes, ya solo nos quedaría tomar la decisión correspondiente, como se explica en el post “Varroa, momentos críticos de actuación”.